Visitar Machu Picchu
Si estás pensando en viajar a Perú, seguro que visitar Machu Picchu ha sido una de las principales razones para poner el destino encima de la mesa. Te contamos cómo organizar la visita a esta maravilla del mundo para que la experiencia sea todavía más inolvidable.
Tren a Machu Picchu
La primera pregunta que nos hicimos una vez comprados los billetes para entrar a Machu Picchu fue cómo íbamos a llegar a Macchu Picchu. La ruta que te llevará a ver una de las maravillas del mundo comienza en el pueblo de Aguascalientes. Para llegar a este pueblo, hay dos opciones: llegar a pie realizando el camino salkantay o el camino inca o hacerlo en tren. Si realizas el Salkantay trek o el Inca trail no tendrás que preocuparte sobre cómo llegar ya que generalmente el último día de ambas rutas se destina a visitar Machu Picchu. Si no haces las famosas rutas y quieres llegar por tu cuenta a Aguascalientes, la única forma de llegar es en tren.
En nuestro caso, cogimos el tren panorámico desde Ollantaytambo, parada obligatoria en tu visita al valle sagrado. Cogimos el tren a las 3.30pm y llegamos a Aguascalientes unas dos horas más tarde. El tren, junto con la entrada a Machu Picchu, es de lo más caro del viaje a Perú aunque hay que admitir que las cristaleras en el techo le dan su toque a los vagones. Esto te permite ir viendo el paisaje sin perderte ni un detalle. La verdad que la llegada en tren ya impresiona porque de repente las montañas empiezan a ganar mucha altura y te ves en medio de picos altísimos en los que solo ves el pequeño trozo de cielo que queda gracias a esas ventanas en el techo del vagón.
La estación de llegada está en mitad del pueblo por lo que cualquier alojamiento que cojas quedará a unos metros y podrás ir caminando sin problema.
También hay un tren que sale desde Cuzco y te lleva a Ollantaytambo, tarda unas cinco horas pero no hay que hacer transbordo. Otra opción es coger un autobús de Cuzco a Ollantaytambo y desde aquí, coger el tren. Esta segunda opción es más rápida que coger el tren entre ambas ciudades.

Entradas a Machu Picchu
Una de las primeras cosas que hay que reservar en un viaje a Perú, si no la primera, es el boleto a Machu Picchu. Si vas en temporada alta (los meses de junio a septiembre) se recomienda coger los billetes a Machu Picchu con bastantes meses de antelación ya que se agotan bastante rápido. En nuestro caso, viajando en noviembre, lo compramos un mes antes y no tuvimos ningún problema en poder elegir el horario y el día que más se ajustaba a nuestro recorrido.
Para comprar los billetes nuestra recomendación es hacerlo a través de la página oficial en donde podrás ver los horarios y también los costes según el itinerario elegido. Cobran un 5% adicional por pagar con una tarjeta extranjera, cosa inevitable en general. Una vez en el país verás que es una práctica más que habitual a la hora de pagar con tarjeta.
Circuitos de Machu Picchu
Los últimos años el acceso a Machu Picchu ha sufrido bastantes cambios. Mientras hace años solo existía una única entrada que daba acceso a todo el recinto, ahora, desde mediados del año 2024, han dividido todo el recinto en diferentes circuitos y cada uno tiene su entrada (y coste) separada. Es por esto que recomendamos que te tomes tu tiempo para hacer la elección del circuito más adecuado a tus intereses. Una vez entres por un circuito, el camino está delimitado por lo que no podrás acceder al resto de circuitos.
En general, han hecho una división de tres circuitos diferentes y a su vez, estos circuitos los han subdividido en varias rutas. Así, hay un total de 10 rutas entre las que elegir cómo quieres que sea tu visita a Machu Picchu. De forma rápida, el circuito 1 se divide en 4 rutas entre las que están la que te da acceso a la foto típica de Machu Picchu, la que se saca desde la terraza superior y también la que te permite llegar a la montaña del mismo nombre, Machu Picchu. El circuito 2, que se divide en 2 rutas, es el que te permite adentrarte y pasear entre las ruinas. El circuito 3, dividido en 4 rutas, es el que te entre otras, tiene la ruta que te permite subir hasta la gran montaña de Waynapicchu, la montaña que se ve detrás de las ruinas en la foto típica de Machu picchu. Como ves, hay una gran variedad de opciones y en su página web está muy bien detallado el recorrido de cada ruta. Para no alargarnos más en esta sección lo que sí que te recomendamos sin ninguna duda es que si eres de esas personas que disfrutan de la montaña y de subir a los miradores más altos, elijas la ruta que te da acceso a Waynapicchu porque es sin duda alguna, una de las mejores experiencias de todo el viaje a Perú. Esta es la ruta 3.A y aunque su precio es un poco más elevado que el de otras rutas, no hay atisbo de duda en la elección.
El precio de la entrada a Machu Picchu oscila entre los 152 y los 200 soles para personas extranjeras, dependiendo de la ruta que se elija, siendo la de Waynapicchu la que tiene el precio más elevado.

Machu Picchu pueblo – Aguas Calientes. Comienzo de la ruta a Machu Picchu
Con la emoción de ver una maravilla del mundo como Machu Picchu en el cuerpo, nos levantamos a las 4.30 de la mañana en nuestro hotel de Aguascalientes para comenzar el ascenso a las ruinas de Machu Picchu. Nuestro horario de entrada para Machu Picchu es a las 7am y salimos del hotel a las 5 de la mañana para comenzar el ascenso ya que hemos decidido hacerlo a pie. También hay un autobús que sale cada media hora aproximadamente desde uno de los puentes centrales de Aguascalientes pero nos han dicho que hacer la subida andando merece mucho la pena.
La ruta es fácil y aunque al principio no está señalizada, simplemente hay que seguir el camino de la carretera río abajo hasta que se llega a un puente donde hay un puesto de control (en unos 20-25 minutos desde el centro del pueblo). Aquí hay una persona a la que hay enseñar los tickets de entrada a Machu Picchu para poder comenzar la ruta. A pesar de que la ruta a pie discurre por la ruta cementada del autobús en algún pequeño tramo, no se sube por la carretera zigzagueante que han hecho para los vehículos sino que hay otro camino paralelo solo para peatones. Y sinceramente, la ascensión a las ruinas no puede ser más espectacular. Partiendo del nivel del río se va ganando altura gradualmente (hay algunos tramos de escaleras bastante «graciosos») de manera que el valle se va abriendo ante tus ojos, mostrándote toda su inmensidad.
A la subida nos encontramos con muy pocas personas y pudimos disfrutar del sonido de la naturaleza a esas horas de la mañana. Al bajar, la gente se anima más a hacerlo andando por lo que probablemente te encuentres con más gente. En nuestro caso, una hora pasada después de salir del hotel estábamos ya arriba, a las puertas de entrada para acceder el recinto de Machu Picchu pero, se recomienda salir con dos horas de margen para que no haya problemas de tiempo.

Machu Picchu ruta 3 – Montaña Waynapicchu
Una de las cosas que tuvimos clara antes de ir a Machu Picchu era la ruta que queríamos hacer. Nos habían hablado maravillas de la ascensión y las vistas desde la montaña Waynapichu así que cogimos la entrada que te permite subir a esta montaña. Waynapicchu quizá sea una de las imágenes más emblemáticas del recinto ya que es la montaña que aparece fondo en todas las fotos típicas de Perú. Siendo esto así, sabíamos que no tendríamos la vista típica (aunque «spoiler»; una muy muy parecida sí que tuvimos) y también podríamos subir la montaña.
Antes de acceder al camino que te lleva a lo alto de Waynapicchu vuelve a haber un puesto de control. Aquí tienes que enseñar el pasaporte y el ticket de entrada, apuntar tu nombre en un listado que te muestran, indicar la hora en la que estás llegando y firmar. Es una manera de controlar que todas las personas que han entrado luego salen ya que a la vuelta, hay que repetir el procedimiento, poniendo la hora de salida y firmando de nuevo.
Este camino es uno de los que más nos gustó de todo Perú. Ya solo por dónde está situado las vistas son espectaculares pero es que el camino en sí, es uno de los más bonitos que hemos hecho hasta el momento. Las cuestas se alternan con escaleras al cielo y con tramos en los que hay unas cuerdas en la pared para que la gente se ayude de las mismas. El ascenso o es un paseo y si tienes vértigo habrá momentos en los que no lo pases excesivamente bien pero, por lo demás, nos pareció la guinda del pastel en nuestra visita a Machu Picchu. Una vez arriba, hay varios sitios donde pararte a observar las vistas y ser consciente de lo que ven tus ojos. Antes de ir teníamos dudas de si la vista de las ruinas no serían muy lejanas pero una vez allí, vemos que merece totalmente la pena. Aparte de las ruinas desde arriba y de la montaña Machu Picchu, hay una vista de 360º de todo el valle que es simplemente espectacular. Machu Picchu con sus 2.430 metros sobre el nivel del mar se queda pequeña rodeada de montañas de 4.000 y 6.000 metros de altura.


Pronto seguiremos con nuestra ruta por Perú, mientras tanto no dudes en echar un vistazo a nuestra web 🙂