Visitar La Gran Muralla China

Visitar la Gran Muralla China estaba dentro de esos sueños que piensas que quizá no se cumplan pero, nuestro viaje a Japón nos brindó una oportunidad inmejorable para acercarnos a ver esta maravilla del mundo. 

Visitar La Gran Muralla China

Este sueño viajero cumplido comienza con la organización del viaje a Japón donde pasaremos la nochevieja del 2023. Al mirar los vuelos, nos damos cuenta de que los vuelos de vuelta tienen una escala de 5 horas mínimo y es ahí donde empezamos a soñar de verdad con poder ver La Gran Muralla China. Nos informamos acerca de la posibilidad de visitar La Gran Muralla China desde el aeropuerto de Pekín y al final, nos decidimos por una escala de 13 horas que nos va a permitir visitar una de las 7 maravillas del mundo.

Una vez cogidos los vuelos, nos ponemos manos a la obra para organizarlo todo y sacar el máximo de nuestra escala larga en Pekín. Nos ponemos en contacto con una conductora que hace este tipo de servicios y acordamos que nos vendrán a buscar al aeropuerto para después llevarnos a La Gran Muralla China y a la zona de los Hutong. La idea inicial era visitar la Gran Muralla y  la Ciudad prohibida pero nos proponen esta alternativa por falta de tiempo.

Para nuestra sorpresa, en esas fechas justo China levanta la necesidad de visado para ciertos países por lo que los trámites en el aeropuerto se agilizan mucho y en una hora, ya estamos fuera de la terminal. Así, tras aterrizar a las 11.30h, conseguimos salir del aeropuerto a las 12.30h.

Visitar La Gran Muralla

La Gran Muralla China – Sector Mutianyu

El sector más cercano al aeropuerto de Pekín es el de Mutianyu ya que apenas se tarda una hora y cuarto en llegar en coche. El trayecto es rápido, pasando por muchos pueblos pequeños y poco a poco acercándonos a la zona montañosa. La expectación es máxima por vislumbrar cuanto antes un trozo de muralla entre las montañas. Visitar la Gran Muralla China es el broche final para cerrar nuestro viaje a Japón y sabemos que nos va a dejar boquiabiertas.

Tras pasar unos cuantos lagos congelados y unos pueblos pequeños con muy poca gente (hay una temperatura de -5 grados centígrados), llegamos al parking del sector Mutianyu. La muralla se extiende por toda la montaña y no vemos el momento de pisarla y ponernos a recorrerla.

Hay varias opciones para subir a la muralla. Se puede subir andando, en telesilla o en teleférico. Nosotras optamos por subir en telesilla ya que cierran sobre las 4.30 y queremos estar el máximo tiempo posible recorriendo la muralla. Una vez arriba, es una de esas sensaciones que cuesta asimilar. Seguir la muralla con la mirada hasta que se pierde entre las montañas, vislumbrar todos los montes que la rodean e ir encontrando torres de vigilancia a lo lejos es una maravilla. Uno de esos sitios que, aunque hayas visto muchas veces en fotos o en películas, no pierde la capacidad de sorprenderte.

Para nuestra sorpresa, hay muy poca gente así que empezamos a recorrerla sin todavía creernos donde estamos. El sector de Mutianyu es uno de los más populares ya que se encuentra en unas muy buenas condiciones de conservación. Las entradas para visitar La Gran Muralla China nos han costado 200RMB, con subida en telesilla y bajada en tobogán. Una atracción muy turística que, aunque no solemos caer en ellas, disfrutamos mucho ya que bajamos completamente solas.

Debido a las temperaturas, nos encontramos con nieve en muchas zonas de la Gran Muralla y no paramos de pensar la suerte que hemos tenido. El sol brilla (aunque no calienta en absoluto) lo que nos deja unas vistas despejadas para observar todas las montañas de la zona.

Ver la Gran Muralla China

Visitar un Hutong en Pekín

Con la emoción de haber visitado la Gran Muralla China en el cuerpo, volvemos al coche donde nos espera la conductora para llevarnos a nuestra siguiente parada: el área de hutong de «Yandai Xiejie». Tras más de 90 minutos en el coche y un tráfico propio de una ciudad del tamaño de Pekín, por fin llegamos a la calle de Yandai Xieji. Conocida por ser una de las calles comerciales más antiguas de Pekín, de repente nos sentimos en otra época al entrar por su callejuela estrecha de piedra. Repleta de comercios y de restaurantes, para nuestra sorpresa esta calle acaba en un lago enorme totalmente congelado que se está usando como pista de patinaje. Al ser la entrada tan estrecha, no imaginábamos que dentro se convertiría en algo tan grande.

Aquí, ningún cartel está en inglés lo que nos hace sentir en una zona auténtica y aprovechamos a recorrer las callejuelas del Hutong. También hay un pequeño mercado tapado lleno de puestos de comida variada y unas mesas comunes donde poder sentarse a comer. A diferencia de lo que nos encontramos en Japón, vemos que aquí el pago sin contacto está a la orden del día así que aprovechamos a comprar un chocolate caliente ya que no hemos podido cambiar dinero y solo tenemos euros.

Hutongs en Pekín La Gran Muralla

Fuera del Hutong, nos encontramos con un edificio enorme y muy bonito. Después mirando por internet, descubrimos que se trata de la torre del tambor, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Dadas las horas, estaba cerrada pero al parecer se puede subir a la torre y las vistas del área del Hutong desde arriba deben de ser muy recomendables. El edificio en sí ya nos pareció una maravilla y eso que era de noche y no se podían apreciar del todo sus múltiples colores.

Hutongs en Pekín

Vuelta al aeropuerto de Pekín

Después de callejear por el Hutong, volvemos al coche para que nos lleve de vuelta al aeropuerto. Si bien es cierto que contratamos a la conductora por 8 horas, podríamos haber alargado la visita ya que el vuelo no salía hasta la 1.30h de la madrugada. Aún así, nos dirigimos al aeropuerto sobre las 9 de la noche para pasar todos los controles con calma y estar tranquilas después del intenso día.

En la escala en Pekín, es importante tener en cuenta que en la terminal T3 desde donde salía nuestro vuelo, no queda ninguna tienda o comercio abierto. Nos encontramos un Starbucks pequeño abierto pero no hay nada más. Por lo que recomendamos aprovechar a comer algo o comprar algo en un FamilyMart que hay en la terminal anterior, donde se coge el tren para venir a la T3.

El coste total de la visita a la Gran Muralla es de 1.140 RMB para dos personas. El coste de las 8 horas aproximadamente de la conductora es de 680RMB que nos deja pagar en euros a la llegada al aeropuerto ya que no hemos podido cambiar moneda. A esto hay que añadirle los 200RMB por persona por la visita a la Gran Muralla subiendo en telesilla y bajando en tobogán y los 30 RMB que nos cuesta el chocolate caliente en tamaño grande en el Hutong. El coste de alargar la escala en Pekín y estar tantas horas de trayecto para poder ver una de las siete maravillas del mundo, nos parece que ha merecido mucho la pena.

Si estás planeando un viaje a Japón o si buscas alguna otra ciudad grande que visitar, no dudes en echar un vistazo a nuestra web

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