Qué ver en Marrakech

Muchas personas nos sentimos atraídas por lo que escuchamos de la famosa ciudad de Marrakech. Apenas a dos horas de vuelo desde el norte de la península ibérica, esta ciudad te transporta a un mundo que parece estar a miles de kilómetro de distancia. Cuando hablamos de qué ver en Marrakech, hablamos sobre todo de agudizar los sentidos porque en esta ciudad, el oído y el olfato tienen la misma importancia que la vista. ¿Quieres saber por qué?

1. La medina de Marrakech

La medina de Marrakech o el centro histórico de la ciudad forma parte del patrimonio de la humanidad. Esta medina está delimitada por una muralla que da acceso a su interior a través de 10 puertas. Una vez dentro, encontraremos la gran parte de cosas que hay que visitar en Marrakech. Podríamos definir la medina como un laberinto repletos de callejuelas estrechas que desembocan en una magnifica plaza, la de Jemaa el Fná.

2. Palacio de la Bahía

Construido a finales del siglo XIX, se dice que este palacio guarda cierto «parentesco» con la Alhambra de Granada. Si bien es cierto que algunos detalles pueden traernos a la cabeza el monumento granadino, en su gran mayoría no tiene nada que ver y la visita merece mucho la pena. Con estancias decoradas al estilo marroquí, con baldosas de muchos colores y mosaicos impresionantes. El precio de la entrada es de 7 euros aproximadamente (2022) y la visita es de aproximadamente una hora, dependiendo de lo que cada cual se entretenga. Los patios, los techos de las estancias y las ventanas, bien merecen una visita mientras estamos en la ciudad.

3. Plaza Jemaa el Fna, imprescindible entre lo que ver en Marrakech

Aunque hay lugares que no necesitan presentación, esta maravillosa plaza no podía faltar entre los lugares que ver en Marrakech. Por mucho que pensemos en cómo describirla, solo se nos ocurre una palabra: V I D A. Esta plaza rezuma vida por todos sus costados pero es importante destacar que nada tiene que ver visitarla de día con hacerlo de noche.

Durante el día la plaza es asequible. En general, se puede caminar tranquilamente y sin agobios. Cabe destacar que en esta plaza podrás ver monos y serpientes. Algo que nos llama mucho la atención a la gente que vamos desde Europa. Las serpientes suelen estar en un círculo rodeadas de personas que tocan la flauta y podrás verlas moverse al son de la música. Los monos están atados con cadenas por personas que te pedirán algo de dinero a cambio de alguna foto con ellos. La plaza también es un buen lugar para tomarte un zumo de frutas variadas para paliar el calor sofocante que puede hacer durante el día, dependiendo de la fecha en la que la visites.

Ahora bien, aunque la hayamos visitado durante el día, no podemos dejar de visitarla al atardecer o ya en plena noche. Es en este momento cuando la plaza se convierte en el lugar de reunión de la gente. Los puestos de zumos y comida llenan toda la plaza de olores. La gente se reúne en círculos con música local o con algún juego. Las mujeres que tatúan con henna también se dejan ver y todo conforma una estampa que es casi obligatorio ver. Aunque puede llegar a ser un poco agobiante, es muy recomendable pasarse por ahí aunque solo sea a contemplar la V I D A .

4. Barrio Mellah

Entre el palacio de la badía y el palacio el Badi, se encuentra el Barrio denominado Mellah donde antiguamente se concentraba la población judía de la ciudad. Este barrio se diferencia del resto de la ciudad por su arquitectura, ya que podemos ver ventanas bajas, a la altura de la gente que pasea y también balcones. Estas características no las podremos ver en el resto de las casas de la media ya que las ventanas, de estar, estarán a una altura considerable pues la arquitectura tiene que preservar la intimidad de la familia. Por eso, si estás caminando y de repente ves alguna ventana a la altura de tu vista, sabrás que andas, casi con total seguridad, por el barrio judío de Marrakech.

La plaza «place des ferbantiers» es un buen punto de partida para comenzar a explorar este barrio. Entre sus calles encontraremos un montón de tiendas con especias, tés, artesanía y demás artículos que podemos encontrar en el resto de la ciudad aunque quizá con menos gente. Cabe mencionar que en algunas tiendas de este zoco, los comerciantes ponen un precio fijo a sus productos escrito en los botes de las especias. Aunque ese precio fijo, no queda muy claro si solo es para turistas o también para locales. De todas maneras, recomendamos perderse por estas calles, callejear sin miedo y ver dónde nos lleva el laberinto.

5. Mezquita Koutoubia

Esta mezquita es el rascacielos de la ciudad, el edificio más alto con un minarete de unos 70 metros de altura. Este edificio, al que no puede acceder la gente no musulmana, es uno de los más emblemáticos de la ciudad. Desde aquí se llega en menos de diez minutos andando a la plaza de jemaa el fna y también se encuentra en la calle ancha que lleva directamente a gueliz, la llamada ciudad nueva donde se puede notar la influencia francesa. En lo alto del minarete se puede observar una especie de horca que indica en qué dirección está la meca y por lo tanto, la dirección a la que deben dirigir los rezos los creyentes.

El nombre de la mezquita (mezquita de los libreros) se debe a que antiguamente a su alrededor se congregaban muchos puestos de libros.

Hasta aquí algunos de los imprescindibles en Marrakech. Aunque ya sabéis que en nuestra opinión, lo mejor es perderse por las calles y dejar que la gente y la ciudad te sorprenda. En Marrakech, seguro que lo hará de una manera muy agradable.